Parte de la razón por la que usamos tapones de vino para sellar las botellas hoy en día es simplemente por tradición. El corcho u otros tapones sintéticos de alguna forma se han usado para sellar botellas durante muchos años.
Antes se usaba la tela o el cuero como primera opción, seguida más tarde por la arcilla y la cera.
El vidrio también se usó como tapón en el siglo XVI. En esa época, el vidrio era caro y difícil de fabricar ya que las botellas se creaban a mano en ese momento, cada tapón de vidrio también se creaba de forma individual.
El tapón de corcho comenzó a convertirse en el material preferido, cuando se hizo posible crear botellas de vino de vidrio con una forma y diseño casi uniforme, fáciles de usar para el amante del vino o el dueño de una bodega.
Curiosamente, el corcho y el vino comparten otro punto en común. El roble para hacer el corcho necesita tener al menos 25 años antes de que el material pueda ser cosechado. Esto es similar a la edad de las vides en muchas de las mejores regiones vinícolas del mundo.
También se descubrió rápidamente que los tapones podían sellar el vino y su vez retrasando rigurosamente el proceso de oxidación, permitiendo que el vino envejeciera y evolucionara lentamente con el tiempo.
Esto ocurre porque permiten una cantidad mínima de oxígeno en el vino. Esto es importante porque cuando el aire interactúa con el vino, hace que éste se oxide con el tiempo.
Los mejores tapones permiten que cerca de 1 miligramo de oxígeno entre en la botella cada año. Esta es la cantidad justa de aire para eliminar los sulfitos que se añadieron en el proceso de embotellamiento para mantener el vino fresco y evitar los efectos nocivos de la oxidación.
Cómo se fabrican los tapones de vino
Se pueden encontrar de 2 tipos: corcho natural o sintéticos.
Los tapones de corcho natural se producen a partir de los alcornoques, se cultivan principalmente en Portugal y España. Los árboles son bastante altos, alcanzan hasta 60 pies de altura, y 12 pies de circunferencia cuando están completamente crecidos.
Después de la cosecha, el material necesita tiempo para secarse, por lo que la corteza se coloca sobre superficies limpias, hasta que se seca. El secado toma entre un mes y 6 meses, dependiendo de la humedad y la densidad del material de corcho.
A partir de ahí, los tapones de mejor calidad se perforan en la corteza. Después de ser cortados, son nuevamente lavados, limpiados, esterilizados y secados.
Luego son clasificados por calidad, embolsados y enviados a embotelladoras y bodegas.
Los tapones sintéticos aparecen como alternativa al tapón de corcho natural, cuyo material es el plástico,caracterizado por una estructura celular interna que imita el corcho natural.
Una de las ventajas de estos tapones sintéticos es la eliminación del sabor del corcho natural en el vino, su permeabilidad a los gases y propiedades elásticas resultan ideales.
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